domingo, 30 de mayo de 2010

won't forget these days.


Recuerdo el día que llegué, la primera vez. Lo horrible que me pareció. Vacío, lejano. No era mío. Llegó el verano, me tocó pasarlo allí. Mi primer verano. Y aparecieron ellos, Manu, Álvaro, Marina y Jose. Y las cosas cambiaron. Y empezaron a regalarme momentos cuando éramos unos críos de apenas 9 años. Pero siempre hay personas que nos marcan más que otras, y yo con lo bruta que soy, suelo encajar más con los chicos. Por lo tanto, los mejores momentos que recuerdo, fueron con Álvaro y Manu. Recuerdo cuando Manu aprendió a andar en bicicleta, cuando jugábamos a las peleas de piedras y al "bumper". Recuerdo cuando Álvaro comía en mi casa y yo cenaba en la suya. Recuerdo cuando Manu y Álvaro jugaban al fútbol, cuando cazábamos renacuajos y cuando jugábamos a chiscarnos con el agua de la fuente. Recuerdo cuando estábamos Álvaro y yo solos y nos escapábamos de mi hermana, cuando hablábamos en el prado de detrás de su casa al atardecer y cuando me ganó una guerra de agua porque tiró la pistola y agarró la manguera. Recuerdo cuando Manu cantaba "Mary Poppins fue a la feria a comprarse un par de medias, y un par de bragas, y un par de tangas, pero no había la talla de su ombligo, y su amigo Rayo McQueen rápido y parlanchín voló al planeta de los juguetes". Me acuerdo perfectamente del día en que empezamos a llamarlo Extraterrestre. Me acuerdo de cuando jugábamos a la botella y nos creíamos guays, y de la vergüenza que nos daba tener que darnos un simple beso en la mejilla. Me acuerdo de cuando hicimos a Manu meter la cabeza en un montón de gravilla, parecía un avestruz con sus patas laaaaaaaaaaaaaargas. Me acuerdo del día en que conocí a Gonzalo y Andrés, de la pelea de piedras Álvaro &Anaiis desde el balcón contra Gonzalo &Andrés en el jardín. Me acuerdo de la nave de Lego que Gonzalo le destrozó a Álvaro, y que luego escondió en un cajón. Recuerdo como nos reíamos de Álvaro Gonzalo y yo, con aquello de "la escalera mundial y la brujaaaaaa", y recuerdo lo cabreado que estaba el pobre, que en vez de decir "me estás sacando de mis casillas, dijo: GONZA ME ESTÁS SACANDO DE MIS CASETAS! Recuerdo el "Hola Gonza!" de Marina (en realidad todos sabemos que le gustaba jajaja), y recuerdo cuando Manu le bajó los pantalones a Álvaro, y él en vez de subírselos, se tiró al suelo y dijo: Sois gilipollas o os lo hacéis?
Recuerdo nuestra cabaña, "estilo de pueblo", recuerdo la guadaña, la puerta rota y el pajar que se hundía al caminar. Recuerdo los sillones que eran bolsas de basura llenas de hierba, la mesa que era un trozo de chapa y los pósters de Shrek. Recuerdo las perchas, que en realidad eran clavos, el botiquín vacío y nuestros intentos de hacer fuego con un martillo. Recuerdo aquel día que nos pilló una tormenta mientras estábamos allí, y tuvimos que bajar todos cubriéndonos con una manta y resbalando con el barro del camino. Recuerdo el prado de los burros, y por supuesto recuerdo cuando uno de ellos le mordió la oreja a Manu. Recuerdo cuando escalábamos el Everest. Recuerdo cuando hicimos allanamiento de morada, forzamos una ventana y entramos en una casa abandonada. Recuerdo lo sucia que estaba y las botellas de sidra que robamos y después nos bebimos tan ricamente, recuerdo la chupa de cuero, el colchón que apareció destrozado un día en medio del pasillo y del grito que dí cuando lo ví. Me acuerdo de que leíamos las facturas que el cartero colaba por debajo de la puerta, de que en la cocina había un bote de pimentón y que el cuarto de baño olía fatal. Recuerdo cuando papi me subió a La Collá a ver a Gonzalo y Álvaro, que estaban a la hierba. Recuerdo que jugamos al escondite y Gonzalo se escondió detrás de un árbol, pero al poco salió chillando: socorroooo hormigas hormigaaaas! y que Álvaro lanzó el playero al prado de al lado, y que estuvimos media hora intentando recuperarlo. Recuerdo cuando Álvaro y yo esperábamos a Tomás dentro de un remolque jugando a los marcianitos del móvil. Recuerdo los "tres marinos a la maaaaaaaaaaaaar.. y un negro!", "Álvaro es de la otra aceeeeraaaaaa!", "Tarzán tiene la polla blanca Tarzán tiene la polla azul". Me acuerdo de cuando llegaron los testigos de Gehová, que nos escondimos de ellos en un pajar y Manu salió corriendo con una pala de dientes chillando "Testigooooooooooooooos venir aqui si os atreveiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis!" Me acuerdo de las 784065806789267876038639603876 partidas de escondite, la pita stop, el brilé. Me acuerdo cuando Álvaro y yo jugábamos a la ambulancia en mi terraza con una bicicleta y un monopatin atados con una comba. Me acuerdo de "al montooooooooooón!", y nos tirábamos en los cojines. Me acuerdo aquel día en casa de Álvaro, Manu subió al baño y yo pregunté: qué hace tirando de la cisterna? y me contestan todos: está meandoooooo! Sí, aquel día fue cuando Manu jodió la puerta del baño, y Álvaro la arregló con un palillo (sísí, con un palillo). Me acuerdo de cuando subimos a Pando una noche, y le gastamos a papi una broma con los walkie talkies, diciendo que nos perseguía un perro y gritando, y de repente Marina se para, se gira y pregunta: qué perro?
Han sido tantas y tantas cosas... Tantos veranos, tantas horas de cada verano juntos, tantas risas, tantos juegos... Y un solo lugar. Allí, es allí donde está toda la magia de nuestra historia. Porque cosas así, solo pueden pasar en un sitio así. En casa.


4 comentarios:

Abbie dijo...

Cuantos momentos!
esos no deberían olvidarse NUNCA.
Yo nunca he veraneado fuera permanentemente, he sido más de viajar..
en fin!! :)
Un besitoooooo

Belén dijo...

preciso! me ha llegado!
=)

Andre (: dijo...

mitiicoo Güelles!:P na la verdad que mola... no lo voy negar
tequiero

Carla (: dijo...

ese güelles como mola se merece una ola eeh!:)